Declaratoria No.1: Sueños.
Los peces sueñan con el mar, con la superficie cercana al sol, al cielo, a las estrellas, con las millas que han dejado atrás. Sueño los rostros que he visto. El rostro que soy. Lo encontré al final aunque no en la proporción o medida que pensaba. La faz no pertenece por entero. Es de todos a cuanto he visto, conocido, deseado. Infinidad de fragmentos componen el anverso de mi realidad, construido de granos sinfín, de partículas macrocósmicas, en terrones dispersos pero coalescentes. Mi rostro es otros rostros, es espejo, reflejo, plata, cristal, palacio, herrumbre, sal, desolación, llanto y dicha. También es padre, madre, hijo, hombre, mujer, Dios, demonio, es todo y es nada. Trasciendo. Esta es la conclusión. Este es Erebos. Este soy yo.
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